Tuesday 6 May 2014

Proyecto Iberá, Argentina: Yaguareté

Proyecto Iberá 
Yaguareté 

06-05-2014  Projecto Iberá, Argentina


Nuestra meta es establecer una población autosustentable de yaguaretés que pueda cumplir al máximo su rol ecológico, turístico y cultural dentro del paisaje de la Reserva Natural Iberá.


Situación actual del proyecto (actualizado en enero del 2014): El “Proyecto Yaguareté: cría, educación y turismo en la Reserva Natural Iberá” ha sido aprobado formalmente por las autoridades de Corrientes. Este proyecto implica el establecimiento del Centro Experimental de Cría de Yaguaretés (CECY) en la Ea. San Alonso, dentro de la Reserva Natural Iberá. El objetivo del CECY es aprender y desarrollar técnicas de cría de yaguaretés que permitan generar animales que puedan ser aptos para vivir en vida libre. En paralelo se colabora con las autoridades de la Reserva y de los municipios del Iberá en la promoción del yaguareté como especie icónica del Iberá. Para el primer trimestre del 2014 se espera contar con los primeros ejemplares de yaguareté en el CECY, los cuales provendrán de zoos argentinos.

¿Por qué tiene sentido devolver al yaguareté a Corrientes?


El yaguareté, jaguar o tigre (Panthera onca) es el mayor felino de América. Históricamente se distribuía por todo el centro y norte argentino, habitando selvas, montes, pastizales y bañados hasta el río Negro en la Patagonia. Desgraciadamente, durante los últimos siglos este hermoso animal ha visto como su distribución se redujo a unos pocos lugares del país. En Corrientes todavía se veían yaguaretés a mediados del siglo pasado y en la región del Iberá aún quedan personas que recuerdan cuando compartían el territorio con el gran gato manchado. Actualmente en la Argentina sólo quedan tres poblaciones separadas de yaguareté en las selvas montanas del Noroeste, en algún sector del gran Chaco y en la selva misionera. Todas estas poblaciones se enfrentan al grave peligro de desaparecer completamente en las próximas décadas, lo que implicaría la total extinción de uno de los animales más bellos y emblemáticos de la Argentina.

Frente a esta situación, la Reserva Natural Iberá en Corrientes destaca por reunir las que quizás sean las mejores condiciones en toda América Latina para restaurar una población de desaparecida de esta especie. Esto se debe a la existencia de un área protegida de 1,300,000 ha de superficie que alberga extensas áreas despobladas de personas y ganado, y que además cuenta con abundantes animales silvestres que pueden sustentar una población viable a largo plazo de yaguaretés.

El yaguareté, el mayor felino de América

Frente a esta oportunidad, queremos señalar cinco grandes razones que justifican el retorno de la especie a Corrientes y, más concretamente, a la Reserva Natural Iberá:

Tiene sentido moral: La desaparición de una especie es una tremenda pérdida para cualquier sociedad, más aún cuando ésta es una de sus especies más llamativas y emblemáticas. No existe una sola de las grandes religiones o de los grandes sistemas éticos mundiales que justifique la extinción de una especie por culpa de las actividades humanas.

Tiene sentido cultural: El yaguareté forma parte esencial de la cultura del norte argentino. Su propio nombre tiene origen guaraní y el animal aparece como protagonista de innumerables leyendas, cuentos y canciones. En la provincia de Corrientes hay varias localidades que todavía usan el nombre yaguareté, como es el caso de Concepción de Yaguareté Corá en la región de Iberá. La desaparición de esta especie del acervo cultural correntino implica una pérdida enorme que empobrecería nuestro idioma y nuestra apreciación de los paisajes silvestres y las costumbres de campo. Sin él desaparece buena parte de la magia de lo salvaje; junto con la humildad, el respeto y la reverencia con los que las personas se han aproximado tradicionalmente a la Naturaleza.

Tiene sentido ecológico: El yaguareté es el mayor depredador natural de los ecosistemas correntinos, y su presencia es necesaria para mantener la salud de éstos. Esto se explica porque al alimentarse de animales como los carpinchos, ciervos o yacarés, y al eliminar habitualmente los animales más débiles y enfermos, evita que sus poblaciones crezcan en exceso y acaben sucumbiendo a hambrunas o enfermedades catastróficas. Además de esto, los yaguaretés controlan las poblaciones de otros predadores de menor tamaño como los zorros o los gatos de monte, lo que se ha visto que favorece la conservación de poblaciones de aves o pequeños animales silvestres y domésticos que son depredados por estos últimos. Numerosos estudios internacionales han mostrado la importancia de los "predadores tope", como es el caso del yaguareté, para mantener la máxima riqueza y diversidad de los ecosistemas naturales. (1)

Tiene sentido económico: Al ser uno de los animales más hermosos del continente y provocar reacciones de maravilla y misterio ante la gente, el yaguareté se convierte en un atractivo turístico de primer rango, comparable con la experiencia de ver las cataratas de Iguazú o con el glaciar Perito Moreno. En el Pantanal brasileño decenas de miles de turistas visitan la zona anualmente con la esperanza de ver a este gran felino. Igualmente, en África y Asia los turistas invierten grandes sumas para poder ver animales similares como el león, leopardo o el tigre.

En Estados Unidos se reintrodujeron los lobos—otro gran carnívoro silvestre carismático—dentro del Parque Nacional de Yellowstone durante los años 90. Al principio se pensó que los visitantes apenas iban a ver los lobos, pero luego se comprobó que más de 100,000 personas lograban verlos cada año. Se estima que el incremento de visitación de turistas asociado a estos avistamientos implica unos ingresos añadidos para la región de entre 32 y 85 millones de US$ anuales. (2)

Al mismo tiempo, no se puede negar que los yaguaretés son animales capaces de comer ocasionalmente ganado y que esto puede implicar un perjuicio económico para los productores locales. En este caso, lo importante es crear mecanismos de compensación económica que sean rápidos y efectivos, tal y como se ha hecho exitosamente en otros países desarrollados donde los predadores comparten espacio con el ganado.

Tiene sentido legal y de política pública: El yaguareté está declarado como Monumento Natural Nacional por la Ley 25,463 y está oficialmente catalogado como especie en peligro de extinción para la Argentina. La convención de biodiversidad, firmada por la Argentina, urge a los estados signatarios a adoptar "medidas destinadas a la recuperación y rehabilitación de las especies amenazadas y a la reintroducción de éstas en sus hábitats naturales en condiciones apropiadas". Dentro de este marco, el establecimiento de una población sustentable de yaguaretés en Iberá significaría un enorme aporte para la conservación de la especie en todo el país y para asegurar la continuidad genética de las tres poblaciones que todavía quedan en Argentina.

Referencias:
1. Terborgh, J., Estes, J.A., Paquet, P., Ralls, K., Boyd-Heger, D., Miller, B.J. y R. Noss. 1999. The role of top carnivores in regulating terrestrial ecosystems. En M.E. Soulè y J. Terborgh, eds. Continental Conservation: Scientific Foundations of Regional Reserve Networks. Island Press.
2. Smith, D.W., y E. Bangs. 2009. Reintroduction of wolves to Yellowstone National Park: History, values and ecosystem restoration. Pags. 92-125 en M.W, Hayward y M.J. Somers, eds. Reintroduction of Top-Order predators. Blackwell.

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