Jaguar, en riesgo de
desaparecer
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Especial
01 mayo 2014 Redacción/Quadratín, Mexico
CIUDAD DE MÉXICO., 1 de mayo de 2014.- Una hembra de jaguar (Panthera
onca) de ocho años de edad, integrante de una reducida población de
felinos que viven en libertad en Moctezuma, Sonora, fue muerta y
calcinada por un cazador ilegal, con lo que se afecta a una especie en
peligro de extinción y a la investigación científica que realiza en el
sitio un grupo de investigadores del Instituto de Ecología (IE) de la
UNAM.
Según un comunicado, el deceso del ejemplar causó un triple daño, pues
era una hembra en etapa productiva, tenía al menos una cría y un collar
satelital que hace un año y cuatro meses le colocaron Ivonne Cassaigne y
Antonio de la Torre, maestros en ciencias y alumnos de Rodrigo Medellín
Legorreta, biólogo y doctor en ecología, además de titular del
Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados del IE.
Ya se hizo la denuncia correspondiente por el delito ambiental ante la
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Unidad de
Delitos Ambientales de la Procuraduría General de la República (PGR),
pero aún no se castiga al o los responsables.
“El jaguar es parte de la identidad mexicana. Se nos conoce como el
pueblo jaguar. ¿Qué pueblo es capaz de matar su identidad de esa
manera?”, cuestionó Medellín, quien subrayó que la caza de esa especie
“es ilegal y es un delito federal que se castiga con cárcel”.
Conocedor de la zona donde ocurrió el evento, narró que allí existen
ranchos ganaderos a los que, eventualmente, se acercan jaguares
hambrientos que han perdido su hábitat natural por la presencia del ser
humano, que ha transformado la selva en áreas para ganado.
Se alimentan de jabalíes y venados, pero los primeros se extinguieron de
la región y, los segundos, tienen una población escasa, también a
consecuencia de la cacería ilegal y la modificación del ecosistema.
Para enfrentar el problema, el universitario y su grupo idearon con las
autoridades ambientales un plan para, bajo ciertas condiciones, pagar a
los propietarios por ganado perdido a consecuencia del ataque
oportunista de jaguares y pumas, siempre y cuando no se mate a los
felinos. Sin embargo, los ganaderos continúan con esa práctica ilegal.
Actuar ante esa cacería es una responsabilidad de todos los mexicanos.
“Como especialistas en jaguares somos la punta de lanza, pero si no nos
hacemos fuertes con la sociedad, se nos acabará el país. Cada mes
tenemos alguna muerte de esos ejemplares en el territorio nacional y
esta población en peligro de extinción ya no lo resiste”, alertó.
La hembra tenía ocho años de edad y había sido seguida en fototrampas
desde que era cachorra por la organización Naturalia, aliados de la UNAM
en este proyecto.
Población vulnerable
Hasta ahora, los cerca de cuatro mil jaguares que hay en México están
divididos en varias poblaciones. La más nutrida, de unos dos mil 500, se
ubica en la península de Yucatán (que incluye a ese estado, Campeche y
Quintana Roo), además de Chiapas y Oaxaca. El resto está repartido en
segmentos más pequeños y vulnerables en el norte del país,
principalmente en Sonora y Sinaloa. “Para asegurarlos, lo deseable es
lograr conectividad entre ellos”, señaló.
Conocer y monitorear algunos ejemplares es una forma de estudiarlos de
manera directa y profundizar en sus hábitos de vida, ciclos de
reproducción (de una a dos crías cada dos años) y formas de
sobrevivencia.
Una herramienta de monitoreo es el collar satelital, que se logró
colocar en Sonora a cinco pumas y dos jaguares (entre ellos la
fallecida) y que en el caso del ejemplar calcinado, se perdió junto con
ella.
“Los collares cuestan alrededor de cuatro mil dólares, es complicado
ponérselos y requieren una detallada vigilancia para lograr información
científica”, explicó.
Acción para la conservación
Actualmente, alrededor de 50 personas, entre académicos, integrantes de
organizaciones no gubernamentales y particulares interesados y
comprometidos con el cuidado del felino, participan con Medellín y su
equipo en el Programa de Acción para la Conservación del Jaguar.
“No vamos a permitir que muera uno más. Existe una ley para protegerlos y
se debe cumplir en contra de los cazadores furtivos, que permanecen
impunes, pero necesitamos la acción de la sociedad, crear conciencia de
la importancia de esta especie, identificada de manera ancestral con la
cultura mexicana”, finalizó.
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